Quizá recuerden cómo en Seinfeld, George Costanza dejaba su auto en la oficina a propósito para que su jefe pensara que trabajaba mucho. Era un intento de beneficiarse de lo que los psicólogos llaman "sesgo de entrada", una tendencia a usar muestras de esfuerzo para juzgar resultados, cuando quizás no estén relacionados entre sí. En mis investigaciones en Harvard y en mi libro "Sidetracked" estudié la dificultad de medir el desempeño con precisión, tanto el propio como el de sus empleados.
Analicemos el problema y las soluciones.
Uno de los mayores retos es no confundir esfuerzo con resultados. Ciertos investigadores mostraron una breve presentación a un grupo de personas para que valoraran su calidad. A unos les dijeron que tardaron 8 horas en prepararla y a otros 30 minutos. Como era previsible los primeros dieron mejor puntuación a la presentación. Para evitar seguir pistas falsas a la hora de evaluar el desempeño conviene que los datos sean sólidos.
En otro experimento, unos estudiantes debían evaluar su productividad según el número de ensayos completados y, otros, según el número de páginas. Aunque los dos grupos hicieron lo mismo, los que contaron las páginas totales se dieron mayor puntuación en productividad. Asegúrese de hacer cálculos con fundamento.
Analice también sus incentivos, IBM solía pagar a los programadores según las líneas de código que hacían, aunque normalmente son más eficientes cuantas menos líneas usen.
Incluso los buenos incentivos pueden tener consecuencias imprevistas. Una vez trabajé con un distribuidor que intentaba motivar a a su equipo premiándolos si alcanzaba sus objetivos en ventas. El desempeño mejoró al principio, pero descubrieron que los empleados compraban sus propios productos para llegar al objetivo mensual y los devolvían a la semana siguiente.
Esto me lleva al último consejo. Hay que dar un paso atrás y ver la situación en su conjunto. Al comparar datos semanales y mensuales los gerentes descubrieron lo que pasaba, y esto es un problema muy frecuente.
Antes de evaluar la productividad, compruebe que los datos que tiene delante le dan toda la información y no asuma que quien deja su auto más horas aparcado en la oficina es quien mejores resultados tiene.